Hoy hemos tenido una reunión con Alejandro y Chuso, dos jóvenes emprendedores, con un buen proyecto entre manos, las ideas muy claras y el empuje de los 23 años (aunque la edad no implica esa fuerza emprendedora per se). Nos han contado Zoowa, su proyecto, los pasos que están dando, sus objetivos y sus primeros resultados.
Creo que les va a salir bien porque contagian su ilusión y la emoción de vivir el arranque de un proyecto personal. Noches de trabajo hasta las tantas, la adrenalina a tope, la familia animando, cada logro convertido en lágrima de alegría, los mails a los amigos para que se registren, el cigarrito para "desestresar"...
Me he acordado de los arranques de canalsolidario.org, en un rincón de las oficinas de Europa Press, que nos hizo un huequecito. Fueron meses de visitar a muchas ONG contándoles el proyecto, buscando su apoyo, recopilando sus folletos y revistas de las que poder extraer información para las noticias que luego publicaríamos -porque por aquel entonces, año 1999/2000- apenas ninguna tenía web y si la tenían, estaba totalmente desactualizada.
Cada día teníamos una alegría (y supongo que también algún disgusto) o quizás era que cualquier cosa la pasábamos por el filtro de la emoción de arrancar desde la nada un proyecto como ése. Luego hemos puesto en marcha otros proyectos, pero para mí, ninguno como Canalsolidario.org. Quizás por lo que nos costó, por las dificultades del momento, por la carrera algo solitaria...
Supongo que poner en marcha un proyecto bastante personal es una etapa de "alumbramiento" que termina apagándose, pero al final, queda una vinculación muy especial con las personas que lo vivieron y con el proyecto. ¡Suerte Zoowa!
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