Cuando ocurre un suceso, basta que haya cualquier atisbo de enfermedad mental alrededor para que a algunos (bastantes) periodistas se les encienda la bombilla, hagan alguna pregunta en el lugar del suceso, y metan el amarillo directo en el titular: Un enfermo esquizofrénico mata a su padre al asestarle 18 puñaladas (El Mundo, 2005). Para qué indagar más; la esquizofrenia vende mucho, quizás porque reafirma los miedos de la sociedad a las enfermedades de la mente.
Frente a este tipo de titulares, El País publica un artículo en el que profundiza en el debate suscitado en torno al parricidio de Murcia y la supuesta naturaleza violenta de los enfermos mentales, realiza las preguntas adecuadas, acude a diversas fuentes para obtener respuestas y proporciona información relevante para entender el contexto de un crimen concreto o de otros casos de violencia.
Son sendos ejemplos de un periodismo riguroso y responsable frente a un periodismo chapucero e irresponsable.
La Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES) publicó en 2003 una guía de estilo sobre salud mental para los medios de comunicación de útil lectura cuando tenemos que cubrir este tipo de noticias. (El enlace va a la sección Guías de estilo de ekoos.org, apartado de Salud, porque no la encuentro en la página de Feafes)
(Fotografía de Xdijo)
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